miércoles, 30 de marzo de 2011

La oscuridad, aveces no es tan mala. (sueño)

Era una noche oscura, la luz de la luna alumbraba las calles con su esplendor, entonces sentí un escalofrío, mi cuerpo se paralizó, algo me seguía, mire inquieta de un sitio a otro, aunque no lograba ver nada sabía que no estaba sola. En un acto repentino salí corriendo, sea lo que sea lo que me perseguía no era nada bueno eso lo sabía de antemano. Corriendo llegué a un campo que estaba al final de mi pueblo, un campo que antiguamente había sido un cementerio y ahora estaba lleno de olivos. Sin explicación fui hacia ese campo, no sabía porque pero mi cuerpo me dirigía hacia allí.
Me adentre en la oscuridad en la que se sumergía el campo, los olivos no dejaban pasar la luz de la luna, así que me costaba deducir por donde iba, en un pasado este campo había sido el lugar donde siempre jugaba con mi amiga, mi mejor amiga, que pena que ya no estuviera aquí, fue la única que me comprendió  y me ayudo en los primeros momentos, pero como dicen, siempre se van los mejores.
No sabía qué hacía allí, pero en ese lugar me sentía alejada de toda la maldad que rodeaba este mundo, tranquila, feliz, y aunque pareciera extraño no me sentía sola… Al poco tiempo me entró sueño, había alguna razón que me impedía ir a mi casa, así que me tumbé debajo de un árbol en el que las hojas secas me hacían de colchón, al poco tiempo ya sumergida en un sueño profundo. Esa noche no tuve las pesadillas que continuamente inundaban mi cabeza, soñé que me despedía de todos y cada uno de mis seres queridos y como todos se marchaban a un lugar donde no los volvería a ver…
Cuando me desperté un desagradable olor a quemado me envolvió ¿que sería aquel olor?, a paso lento salí del campo, no podía creer lo que estaba viendo, todas las casas, el instituto, las tiendas… todo estaba en llamas, sin pensarlo salí corriendo hacia mi casa, estaba carbonizada, entre en ella esperando lo peor, dentro de mi casa estaban los cuerpo carbonizados de toda mi familia.
Lo que me había mandado al campo me había salvado la vida…
  • Esto no es un relato que haya imaginado yo, ha sido un sueño que me ha seguido varias veces en mi vida.

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